Albert Camus: Niebla y Odisea

Era el mismo día del entierro de mi mamá, bajo las dulces gotas que caen muy menudas, siendo como una lluvia suave que caía de la parte de la atmósfera y del espacio exterior visible, siendo el lugar en donde las almas de los justos van a gozar bajo la presencia de Dios. Que no sin pena, en un sentido sumido en una fina manta de partículas de agua tan grande que sabía que esa impresión llegaba a ser estúpida. Pero ¡no,no! ¡no puede ser! ¿y si es? ¡Ah! entonces no queda sino resignarse. Por la parte del día que se dedica a dormir o a pasarla despierto y con desasosiego, se levantan fuertes corrientes de aire que influyen en cierta situación y hacerla variar en algún aspecto, para poder moverla hacia la seguridad del interior de los gases intestinales, me han adormecido un poco por azar ningún otro hombre, ni moza, ni anciano hacía huir la alegría sobre esta casa para comer y beber.
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